jueves, 19 de noviembre de 2015
Ocho apellidos...ABOMINABLES
La humanidad estaba tranquila. El pequeño Nicolás y el ébola eran ya cosa de un lejano 2014. Pero ya sabéis que dicen que la felicidad siempre es transitoria. Ayer fue el preestreno de la película Ocho Apellidos Catalanes en Madrid, y la televisión se hizo eco de ese evento como si del recibimiento de una invasión extraterrestre se tratase. La palabra más repetida por el público, periodistas y actores era "Disfrutar" (Sí, sí. Disfrutar. Dando por hecho que todos los españoles tenemos una predilección por el sadomasoquismo).
Los medios de comunicación llevan mostrando tantos avances de la última película de Emilio Mártinez -Lázaro como para que olvides tu nombre, tu dirección y los momentos felices de tu vida. La secuela de Ocho Apellidos Vascos ofrece más de lo mismo que su predecesora: Los mejores chistes de la serie Aída mezclados con sketchs de Vaya Semanita. Todo ello unido al humor nunc...siempre incansable de Dani Rovira y a la expresividad de un cuenco tibetano de Clara Lago.
Hay personas que tienen miedo a que Ocho Apellidos Catalanes les decepcione por "Miedo a que sea más de lo mismo". Bueno, parece que ese grupo selecto de gente no sabe que ese más de lo mismo ya sucedió con la anterior al utilizar chistes que tu hermano pequeño de once años le cuenta a sus compañeros de clase para ser el delegado de clase.
Si anteriormente la película más taquillera en España fue Torrente y a continuación cedió el legado a Ocho Apellidos Vascos, auguro que la próxima será una superproducción sobre una bola del desierto rodando por distintas localizaciones de Castilla La Mancha.
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Totalmente de acuerdo. Basurilla a la papelera.
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