jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Qué fue de Alicia Silverstone?

Alicia Silverstone es ese nombre que a todos nos suena pero ninguno logramos ubicarla en ningún contexto en particular. Los más frikis quizás podrían llegar a decir tras varias horas haciendo un ejercicio de reflexión "Ah, esa rubia despampanante que salía en el videoclip de Aerosmith, ¿no?". Y en efecto, ese ha sido el proyecto más importante durante toda su ¿carrera? de ¿actriz?.

Alicia Silverstone junto a Liv Tyler en el videoclip "Crazy" de Aerosmith

Alicia nació hace treinta y nueve años, y tiene el récord Guiness en ser la promesa del cine que más pronto tardó en fracasar. La actriz comenzó su andadura con éxito, de la mano de un papel de villana en la película "The Crush" y por la que estuvo nominada a algún premio esporádico. Todo ello le sirvió para salir en videoclips y conseguir protagonizar "Clueless", su primer y ÚNICO éxito de taquilla. 

A partir de ese momento, comenzó el ocaso de Alicia Silverstone. El papel que derribó totalmente su carrera profesional, fue Batman y Robin. Aquella película del superhéroe en la que Gotham era recreada como un programa de José Luis Moreno y Alicia encarnaba a una Batgirl que pintaba menos que el remake español de Cheers. 

Actualmente, como hacen todas las estrellas de cine de su categoría, se dedica a actividades altruistas (Espero que entre ellas no esté el dar clases de interpretación a gente sin recursos). Si acudiese a Pasapalabra, sería la típica que comentaría "Tengo muchos proyectos entre manos, y una obra de teatro que llena todos los días", aunque en realidad se pasara los días comiendo helados de chocolate y mirando su book de fotos en la adolescencia. 


lunes, 23 de noviembre de 2015

El cajón del desastre: Matthew McConaughey

Matthew McConaughey está de moda, eso es un hecho. Si alguien sobre la faz de la Tierra se le ocurre decir "No me gusta Matthew", quizás vuelva la Inquisición para quemarle en la hoguera o lo que es mucho peor, crearían un grupo de WhatsApp para criticar semejante tropelía. Lo interesante es que, hace cinco años, todo el planeta utilizaba su nombre para ser el centro de las burlas.

La carrera del reciente oscarizado actor no ha sido un camino de rosas. Películas con menos contenido que un plan de crisis del gobierno han marcado su filmografía. Las cinco que a continuación voy a citar, son tan solo unos pocos ejemplos de la extensa lista de fracasos que el actor ha acumulado.


La matanza de Texas: La nueva generación (1995).

Quiero pensar que Matthew McConaughey aceptó participar en este proyecto porque perdió una apuesta o porque su representante tenía serios problemas con el alcohol y las máquinas tragaperras. Bien es verdad que actores como Kevin Bacon o Johnny Deep comenzaron con papeles similares y alcanzaron el éxito, pero sólo era necesaria una neurona para saber que esta cinta de la famosa saga tenía menos sentido que Doraemon en una película de Alfred Hitchcock (No olvidemos a esa mujer berreando y corriendo sin sentido con su careta de cuero).
Dato de interés: No se conocen trabajos posteriores de este director tras este regalo que nos ofreció. Supongo que el motivo es porque la humanidad no está preparada para tanta genialidad. 



Como perder a un chico en diez días (2003).

Después de una década de películas ridículas, resulta que esta se convierte en la más exitosa de su carrera. Una "comedia" romántica que carecía de originalidad pero tenía a los dos actores rubios del momento en su reparto principal y claro, eso es suficiente. La historia es básica, pero quizás consigue su objetivo principal: Seguir la estela de lo que Julia Roberts había realizado durante la década de los 90. La mejor de lo peor.



Sahara (2005).

Penélope Cruz estaba en su mejor momento profesional cuando rodó esta película. Era la viuda negra de Hollywood: Cada proyecto en el que participaba, moría en las taquillas de manera fulminante. A Matthew parecía no importarle, y decidió echarle huevos al asunto (aunque ello pudiese costar su carrera profesional y que su familia cambiara la cerradura de su casa) para protagonizar este intento de recuperar el espíritu aventurero y cómico de Indiana Jones y La Momia. Lo único en lo que falló es que ni tenía aventuras, ni tenía comedia. Por lo demás consiguió el objetivo de sus predecesoras. 



Novia por contrato (2006).

Los años pasaban y las arrugas aparecían, pero Matthew seguía empeñado en ser el novio de América. Esta vez la actriz coprotagonista se trataba ni más ni menos que de la siempre "infalible" Sarah Jessica Parker. Se supone que era comedia, pero yo ver como se enamoran dos personas que usan el mismo tinte y el mismo bronceado, me produjo ardor estomacal y alguna que otra visita al psicólogo. Desde el minuto uno del metraje sabemos que precisamente el final no iba a ser ver a Matthew en un arrebato de locura asesinando con un cuchillo de cocina en mitad de una cena a Sarah por su intensa interpretación. Como siempre, hubo una mano negra que impidió nuevamente que ambos actores no fuesen nominados al Oscar.




Los fantasmas de mis ex-novias (2009).

La última mediocridad antes de que la suerte del actor cambiara, se trata de este film del director Mark S. Waters. Charles Dickens aún sigue revolviéndose en su tumba tras esta adaptación de su famoso "Cuento de Navidad". Matthew volvía a sorprendernos con una desgarradora interpretación haciendo de él mismo en los últimos quince años: Chico con miedo al compromiso se acaba enamorando de la compañera de reparto. Y esto sumado al fantasma de Michael Douglas intentando concienciar al actor de su comportamiento hacia las mujeres lo convierte en una genialidad digna de ser vista.




jueves, 19 de noviembre de 2015

Ocho apellidos...ABOMINABLES


La humanidad estaba tranquila. El pequeño Nicolás y el ébola eran ya cosa de un lejano 2014. Pero ya sabéis que dicen que la felicidad siempre es transitoria. Ayer fue el preestreno de la película Ocho Apellidos Catalanes en Madrid, y la televisión se hizo eco de ese evento como si del recibimiento de una invasión extraterrestre se tratase. La palabra más repetida por el público, periodistas y actores era "Disfrutar" (Sí, sí. Disfrutar. Dando por hecho que todos los españoles tenemos una predilección por el sadomasoquismo).

Los medios de comunicación llevan mostrando tantos avances de la última película de Emilio Mártinez -Lázaro como para que olvides tu nombre, tu dirección y los momentos felices de tu vida. La secuela de Ocho Apellidos Vascos ofrece más de lo mismo que su predecesora: Los mejores chistes de la serie Aída mezclados con sketchs de Vaya Semanita. Todo ello unido al humor nunc...siempre incansable de Dani Rovira y a la expresividad de un cuenco tibetano de Clara Lago.


Hay personas que tienen miedo a que Ocho Apellidos Catalanes les decepcione por "Miedo a que sea más de lo mismo". Bueno, parece que ese grupo selecto de gente no sabe que ese más de lo mismo ya sucedió con la anterior al utilizar chistes que tu hermano pequeño de once años le cuenta a sus compañeros de clase para ser el delegado de clase.


Si anteriormente la película más taquillera en España fue Torrente y a continuación cedió el legado a Ocho Apellidos Vascos, auguro que la próxima será una superproducción sobre una bola del desierto rodando por distintas localizaciones de Castilla La Mancha.



lunes, 9 de noviembre de 2015

La peor película de Mark Walhberg

Mark Walhberg no es un actor conocido por sus maravillosas interpretaciones, eso está claro. Su cara estándar de árbol recién talado en busca de nuevos horizontes no le ayuda demasiado. Hay muchos títulos en los que Mark ha escupido sobre el cine (no olvidemos su intensa y sobreactuada actuación en el fallido remake de El Planeta de los Simios). Pero si hay un título en su carrera en el que el actor sale peor parado ese es El incidente



La película de M Night Shyamalan en sí ya era un atentado contra la naturaleza (nunca mejor dicho porque las plantas eran las culpables de la desgracia mundial en el film, ¡RISAS!). La historia se centra en un profesor de ciencia, Elliot Moore (Mark Walhberg) que ante una desconocida catástrofe mundial que acecha al mundo, siente la necesidad imperiosa de ser el héroe y salvar a su mujer (Zoey Deschanel) y a su sobrina. Si que es cierto que los primeros diez minutos son salvables pero, el director de El sexto sentido y Señales, demuestra que el cine ya le da igual, creando un film sin ningún hilo argumental, desconcertando al espectador con giros de guión innecesarios y con unos diálogos que la mismísima Ana Obregón rechazaría rotundamente para incluir en alguno de sus ambiciosos proyectos.

La técnica que utiliza Mark Walhberg para creernos el sufrimiento de su personaje ante la impotencia de no poder controlar la situación, es fruncir el ceño, y bueno, a veces también frunce el ceño (En alguna ocasión puntual el equipo tuvo que tocarle con un palo para saber si seguía con vida o estaba sufriendo un shock anafiláctico). Su compañera de reparto y mujer en la película, Zoey Deschanel, tampoco ayuda mucho a su angustiado marido. Su cara “Voy a abrir muchos los ojos y decir frases inconexas porque de pequeña me comí muchos plastidecors” ocupa la totalidad de la película. 

El éxtasis de la interpretación de nuestro querido Mark, se produce en el momento que decide cantar para demostrale a una pobre anciana que el virus que se estaba propagando no le había afectado. Pues no sé, yo estoy en mi casa tan tranquilo y de repente un hombre desde mi ventana comienza a cantar como Paquirrín sin playback y quizás lo primero que haría sería coger lo necesario, hacer las maletas, e irme a vivir al estado más alejado. 

Conclusión: Si os gusta el gore, no lo dudéis. Mark Walhberg es vuestro actor ideal.